Este gran macizo surgido en el periodo terciario, en el que habitan especies como la cabra montesa, el águila perdicera o el buitre leonado, se define por una silueta muy particular, que alcanza los 1067 metros sobre el nivel del mar en el Pico Algarín. Por el mismo discurren múltiples senderos y en sus inmediaciones se localizan diversos yacimientos que datan de la Edad del Bronce.